Planificación de Viaje

¡Conoce el arte del Slow Travel!

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¿Sientes que tus vacaciones son casi tan estresantes como la vida diaria? ¿La planificación del viaje te estresa? El Slow Travel puede ser la respuesta que estás buscando para disfrutar más de tus aventuras.

Al planificar el itinerario de viaje, es fácil dejarse llevar por la gran cantidad de lugares que puedes visitar en un solo país o varios de ellos, y organizar tu viaje de forma que puedas aprovechar todo el tiempo que tienes disponible.

Sin embargo, esta manera de hacer las cosas puede ser estresante, frustrante y desafiante. Tienes que organizar donde te vas a alojar en un periodo de tiempo específico, que atracciones vas a ver, cómo te vas a desplazar, reservar excursiones y entradas que no te puedes perder, e incluso qué vas a comer.

En estos días modernos llevamos un ritmo de vida acelerado que no permite disfrutar del presente. El Slow Travel te deja bajar la velocidad, dejar de correr para cumplir con el itinerario y realmente disfrutar del sitio que estás visitando.

Entonces, ¿Qué es el Slow Travel, cuáles son sus beneficios y cómo practicarlo?

¿Qué es el Slow Travel?

La definición de Slow Travel (viaje lento o turismo lento, por su traducción del inglés) puede significar muchas cosas dependiendo a quién le preguntes, pero básicamente es la intención de estar más conectados con las cosas que vemos y hacemos.

Este movimiento tiene sus orígenes en la práctica de la “comida lenta” en la Italia de los años 80. Fundado por el italiano Carlo Petrini en 1986 como una manera de oponerse a la apertura de un McDonald’s en Roma, Slow Food es una organización que promueve la comida local y tradicional, así como la agricultura.

Consumir alimentos y recetas locales es mucho más beneficioso qué comer en un local de comida rápida porque significa conectar con tradiciones, técnicas de cocina, métodos agrícolas y culturas centenarias y milenarias.

De igual forma, el Slow Travel permite al viajero conectarse con las personas locales, culturas, comida y música. Es la idea de ver el viaje y las vacaciones como un descanso del ruido y el ritmo acelerado de la rutina diaria. Es eliminar por un periodo de tiempo las alarmas, tareas pendientes por hacer, correos por responder y las comidas apresuradas que no dejan ningún tiempo para relajarse.

Una lucha contra el sobreturismo

Mientras que el Slow Travel es el movimiento en el que las personas intentan aprender, respetar y apreciar la cultura de los lugares que visitan, el sobreturismo es todo lo contrario.

Imagina decenas, cientos y hasta miles de personas congregadas frente a un monumento, edificio, cuadro o cualquier otro elemento turístico famoso. Todos intentando ver, escuchar y moverse sin realmente disfrutar por la gran cantidad de personas que tienen a su alrededor.

Y a causa de esta saturación de turistas los entornos son dañados y en algunos casos destruidos, los locales no pueden desarrollar con normalidad sus actividades diarias de ocio o trabajo y en algunos lugares los precios de productos, viviendas, bienes y servicios aumentan.

El Slow Travel elimina todos estos aspectos negativos y busca que la gestión del turismo sea sostenible y que beneficie a los viajeros, la localidad y el entorno.

Después de todo, ¿qué sentido tiene viajar a un lugar famoso por su belleza, sus paisajes, sus monumentos y sitios históricos, y ayudar a dañarlo?

¿Por qué el Slow Travel se está popularizando entre los viajeros?

Aunque visitar muchos lugares en un viaje multidestino puede parecer una gran idea, pasar solo uno o dos días en un solo país no es la mejor manera de disfrutar de todo lo que tiene para ofrecer.

Piénsalo, ¿Cuántas experiencias puedes tener en un sitio durante solo dos días? Te aseguramos que no muchas.

El turismo lento se está volviendo cada vez más y más popular por la gran cantidad de beneficios que aporta a los viajeros, la comunidad y economía de los lugares que se visitan, y el medio ambiente.

Es la mejor forma de tener una experiencia más agradable y disfrutar realmente del lugar que estás conociendo.

Beneficios del Slow Travel para los viajeros y el entorno

De cierta manera, el Slow Travel es un regreso a las razones por las que las personas viajaban a nuevos lugares en el pasado, para conocer y experimentar nuevas culturas y tener la posibilidad de “perderse” en un lugar desconocido sin sentir la necesidad de documentarlo todo.

A continuación, veamos los beneficios del Slow Travel:

Previene el “agotamiento turístico”

¿Alguna vez te ha pasado que terminas igual o más cansado de tu viaje en comparación con tu rutina diaria? Esto es lo que algunos viajeros llaman “agotamiento turístico” y ocurre cuando intentas hacer la mayor cantidad de actividades posibles en poco tiempo.

No solo es agotador, sino que te deja con una sensación negativa del tiempo que pasaste viajando, cuando debería ser todo lo contrario.

El turismo lento te permite dejar de lado ese ritmo frenético de ver el viaje como una lista de cosas por hacer en el menor tiempo posible. En lugar de eso, ofrece la oportunidad de profundizar en cada lugar que visitas y dejarlo con la visión de que realmente lo has conocido a fondo.

Si no completas tu lista de actividades por hacer y lugares por visitar, no pasa absolutamente nada ¡Siempre podrás regresar en otro momento!

Libertad y tiempo

Cuando haces Slow Travel, eres libre de hacer lo que quieras, cuando quieras. Viajar está íntimamente relacionado con la libertad, pero cuando se siguen itinerarios demasiado estrictos, se pierde esa sensación y terminas sintiendo que no te alcanza el tiempo para hacer todo lo que deseas.

Imagina que viajas a un país como Perú o Argentina, sitios que tienen tal cantidad de atractivos y destinos turísticos que sería imposible recorrerlos todos en un solo viaje, sobre todo si tienes un calendario apretado.

¿Qué puedes hacer?

Al viajar lento puedes dedicar algunos días o semanas más para disfrutar de todos los destinos que desees, o simplemente relajarte, visitar solo uno o dos lugares y tomarte el tiempo para conocerlos realmente.

Ahorras dinero

Viajar a un ritmo lento es una opción más económica que un tour turístico normal. Los hoteles que suelen recibir turistas y los restaurantes famosos suelen ser más caros y pocas veces ofrecen el encanto que puede brindar un local tradicional. Puedes tomarte el tiempo de encontrar bares y restaurantes que no sean tan caros, evitando aquellos que elevan sus precios precisamente por la presencia de turistas.

Como no tienes que seguir una planificación estricta con el Slow Travel, tienes la posibilidad de ahorrar dinero en alojamientos locales más baratos o en otros que ofrecen descuentos para las personas que se quedan una semana o más tiempo.

Además, al quedarte en un lugar por más tiempo, el gasto en transporte se reduce significativamente. Cuando una persona intenta recorrer dos o tres países en un período de dos semanas, probablemente no se da cuenta de que pasará una gran parte de su tiempo metida en un autobús, avión o cualquier otro tipo de transporte.

Ahora, no sabemos qué piensas, pero pasar una tercera parte de tu tiempo en el transporte en lugar de explorar y apreciar los destinos, no parece una gran idea.

Tendrás la oportunidad de aprender más sobre la cultura y hacer más conexiones con los locales

Reducir la velocidad de tu viaje te permitirá crear una mayor conexión con las personas y la cultura local del lugar. Cuando te apuras en completar un recorrido específico teniendo la cabeza metida en una guía turística, evitas vivir momentos únicos que se quedan grabados en la memoria para toda la vida, y que incluso tienen la capacidad de cambiarla.

Tomate el tiempo de deambular y conocer a los lugareños, aprende un poco del idioma local o, si hablas el mismo idioma, de aprender las expresiones típicas de la zona. Una conversación con la persona que trabaja en la panadería, el vendedor de periódicos, el dueño del puesto de café o del alojamiento donde te quedas, puede convertirse en un paseo por uno de los lugares emblemáticos de la zona o una comida familiar llena de platos típicos.

Nunca se sabe lo que puede pasar cuando reduces la velocidad y te tomas el tiempo de conocer realmente el lugar que visitas y las personas que viven en él.

Conéctate contigo mismo

Además de conectarte con los locales, el turismo lento te permite relajarte, dejar de lado las preocupaciones y descubrir realmente lo que quieres y necesitas. ¿Te provoca salir a primera hora de la mañana a explorar la zona después de tomarte un delicioso café? ¿Quieres pasar la tarde leyendo un libro en ese pequeño espacio íntimo y especial que acabas de descubrir?

Gracias a practicar el Slow Travel puedes hacer eso sin sentirte culpable de no estar haciendo la cola para esa atracción turística que todo el mundo visita, o no estar en un avión de camino a tu próximo destino.

Bajar la velocidad y experimentar el presente te permite descubrir y reflexionar sobre quién eres y lo que deseas de la vida, conectándote con esa parte de ti que a menudo se ve asfixiada por las obligaciones y la rutina de la vida cotidiana.

Es bueno para el medio ambiente

Viajar en avión tres o cuatro veces en el transcurso de una semana es dañino para el medio ambiente al acelerar el calentamiento global, algo que es terriblemente serio.

El turismo lento te permite reducir una cantidad importante de tu huella de carbono, lo que alivia el impacto al medio ambiente y hace que viajes con la conciencia más tranquila.

Compara trasladarte caminando, en bicicleta, viajar en tren, bus, carro y avión, ¿Vez la relación? Generalmente, mientras más rápido es el vehículo, más contaminante es para el entorno. Por lo que, mientras más lento viajes y lo hagas en una menor frecuencia, más se conservará el destino que visitas.

Apoya a la economía local

Hay muchas personas que visitan ciudades populares en tours de uno o dos días que incluyen la comida en el paquete o que ya llevan lo que van a comer preparado antes de salir.

Con el Slow Travel, es más probable que gastes tu dinero en negocios de la zona que en marcas reconocidas y grandes cadenas de comida como McDonald’s. Ya sea comprando un café o el desayuno en un local cercano a tu alojamiento, almorzar en pequeños restaurantes pintorescos o comprando los ingredientes que necesitas en el supermercado más cercano, tu dinero ayudará a la economía local.

7 Consejos para poner en práctica el Slow Travel

Si te interesa este nuevo movimiento y recibir todos los beneficios que ofrece, aplica los siguientes consejos en tu próximo viaje y verás cómo regresas con la mente despejada y cero estrés.

1. Supera el FOMO

FOMO son las siglas de Fear Of Missing Out, es decir, el miedo a perderse algo, y aunque no es un concepto nuevo, está estrechamente relacionado con la época actual de la digitalización y es un impedimento para disfrutar realmente de la vida.

Imagina por un momento que te encuentras en un evento importante como una boda, un concierto, el aniversario con tu pareja o simplemente una cena con tu familia.

En estas situaciones no está de más tomar un par de fotos para el recuerdo, pero el problema se presenta cuando te concentras más en tomar decenas de fotos y videos para compartirlo en redes sociales en lugar de disfrutar del momento.

Otro problema es navegar por las redes sociales de amigos, familiares y personas que admiras, ver todo lo que están haciendo y pensar que te lo estás perdiendo, que estás desperdiciando tu tiempo o que tienes una vida más aburrida por no hacer un montón de cosas y llenar tu Instagram o Facebook de momentos “maravillosos”.

De igual forma, el FOMO se aplica cuando viajas si sientes que debes vivirlo todo, experimentarlo todo y verlo todo, mientras lo muestras en las redes sociales, provocando que hagas una lista interminable de cosas por hacer y destinos que visitar, por ejemplo:

  • “tengo que ir a ese restaurante espectacular del que todo el mundo habla en redes sociales. No importa que sea carísimo, ¡tengo que comer ahí!”;
  • “además, ese famoso monumento sin importar la cantidad de personas que también quieren verlo”;
  • “y tengo que ver esa obra de un pintor antiguo y muy conocido. No importa si no me entero de su historia, el estilo artístico, la técnica empleada o la razón del pintor para crearlo, ya que en media hora tengo que estar en mi próximo destino. Eso sí, ¡ya le tomé una foto para mí “Insta”!”

Y así podríamos continuar con otros escenarios similares. Pero lo importante es que te des cuenta de que si preparas una lista interminable de destinos y cosas por hacer, no tendrás el tiempo suficiente para conocer y disfrutar de esas experiencias, y el cansancio será peor que cuando estás en tu trabajo

Sin lugar a dudas, el primer paso que tienes que dar para disfrutar de todos los beneficios del Slow Travel es reducir todo lo que puedas el efecto FOMO.

2. Planifica tu itinerario enfocándote en un área específica

Anota algunos de los destinos que quieres conocer en una ciudad o región en concreto y visita cada uno de ellos con calma. No intentes verlo todo ni cubrir un país entero en poco tiempo, ¡Y trata de no verlo como una competencia!

Por supuesto, no podrás explorar tantas cosas, pero si podrás ver muy bien el lugar y experimentar todo lo que tiene para ofrecerte. Recuerda que se trata de conocer a la gente, la cultura, su forma de hablar, de comer, bailar y vivir.

Y también recuerda que si se acaban tus vacaciones sin ver todos los sitios de tu lista, no pasa nada. Siempre podrás volver en otra ocasión.

3. Intenta caminar lo máximo posible

Recorrer un destino caminando es posiblemente la mejor forma de conocerlo a fondo. Al pasear por las calles, pararte en cada esquina, cada puesto y local, y cada pequeño espacio que de otra forma hubieras ignorado, puedes sentir y disfrutar del lugar que visitas.

Y no estamos hablando de caminar rápidamente como haces en el aeropuerto o cuando llegas tarde al trabajo, nos referimos a pasear tranquilamente por el lugar sin preocuparte demasiado si te alcanzará el tiempo para verlo todo.

Intenta no tomar taxis o autobuses para desplazarte por la ciudad, ya que difícilmente te permitirán disfrutar de tu destino de la misma forma. Además, como mencionamos en los beneficios, caminar no solo es bueno para tu salud, sino que también lo es para el medio ambiente al usar menos el transporte público.

4. Cualquier lugar sirve

El Slow Travel se trata más de una forma de pensar que de otra cosa. Aunque hemos mencionado restaurantes pintorescos, esquinas y lugares perdidos que no conocen todos los turistas y pueblos pequeños, viajar lento no se trata del sitio que visitas sino la forma en que lo haces.

Puedes hacerlo igual de bien en Buenos Aires como en la pequeña ciudad de Puerto Natales y tampoco importa si eres un nómada digital o un mochilero. Lo importante es que recuerdes quitarte de encima la presión de verlo todo, relajarte y disfrutar de la aventura.

5. Considera el trabajo remoto

El teletrabajo es una tendencia que se ha popularizado mucho más gracias a la pandemia de COVID-19. Existen muchas profesiones que permiten trabajar en cualquier parte del mundo sin afectar el rendimiento laboral como desarrollo web, redacción publicitaria, diseño gráfico y otros servicios similares.

Muchas pequeñas y grandes empresas se están dando cuenta de los beneficios de permitir que su personal, o al menos una parte, trabajen de manera remota. Así que si te animas a intentarlo, puedes viajar y quedarte el tiempo que quieras en cualquier lugar del mundo.

6. Deja la cámara de lado

Seguramente este consejo te parecerá extraño y es normal. Hoy en día todo el mundo tiene un teléfono móvil con la capacidad de tomar buenas fotos. Y qué mejor momento para hacerlo que en un lugar que no habías visto antes y quieres recordarlo.

Pero son muchas las personas que pasan más tiempo con la vista en el visor de la cámara en lugar de ver el sitio por ellos mismos. Sin embargo, te aseguramos que lo mejor es tomar la mínima cantidad de fotos y vídeos posible.

Esto forma parte de lo que te mencionamos más arriba en el primer punto sobre el efecto FOMO. No permitas que tus ganas de registrarlo todo eviten que lo veas y sientas con tus propios ojos.

Toma algunas fotos y guarda la cámara.

7. Enfócate más en tomar notas en un diario

Una mejor forma de recordar tus viajes es documentar tus pensamientos, emociones y recuerdos en un diario. ¿Cómo lo puedes hacer?

Disfruta de la experiencia y al final del día anota lo que te hizo sentir, las conversaciones que tuviste con los locales, las recomendaciones que te hicieron, lo que sentiste y lo que pasó por tu mente en esos momentos.

Hacer esto tiene mucho que ver con el mindfulness y tener todos los sentidos enfocados en el presente, en lo que está ocurriendo en ese mismo instante.

A las anotaciones de tu diario puedes sumarle algunos recuerdos del viaje como el pasaje de avión, las entradas de las atracciones que visitaste, dibujos, folletos y algunas fotografías

De esta manera, cuando pasen los años, recordarás mucho más nítidamente las cosas que hiciste y cómo te sentías en ese momento.

¡Hemos llegado al final!

Acabas de ver siete razones para practicar el Slow Travel y un número igual de consejos para empezar a hacerlo.

En resumen, no necesitas un gran esfuerzo o recursos adicionales, sino un cambio de mentalidad que te permita profundizar debajo de lo superficial y disfrutar verdaderamente de los lugares que visitas.

¡Esperamos que este post te haya sido útil y que te haya mostrado el Slow Travel desde otro punto de vista!

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