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Cultura

Enoturismo en Chile: guía para viajeros amantes del buen vino

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¿Te gusta el vino? Entonces te interesará saber todo lo que envuelve el mundo de la cosecha de uvas, la producción en bodegas y la cata de este producto que ya es considerado como un alimento. Si no sabías, el enoturismo en Chile está en pleno auge. ¡Salud por eso!

Comencemos por describir un poco a lo que llamamos enoturismo. Aunque no existe una definición en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), sí hay un concepto que los creadores de vinos han incorporado para dar un concepto apropiado a esta actividad.

Es una modalidad de turismo que se basa en desplazamientos a entornos vinícolas, con el propósito de conocer, disfrutar y compartir experiencias en torno a la cultura del vino.

Y es en ese último término, la “cultura del vino”, en el que trabajan las corporaciones que tienen viñedos, destilan, producen y sacan al mercado botellas del mejor Merlot, Cabernet Sauvignon, Malbec, entre otros. ¡Qué vivan las uvas!

En este post te hablaremos más a detalle sobre qué es el enoturismo y cómo disfrutarlo en Chile?

¿Qué es el enoturismo y por qué llegó para quedarse?

La cultura del vino habla no solo de ir a un bodegón, comprar una botella y degustarla, o simplemente pedirla en tu restaurante favorito. Se trata de tener la convivencia con su realización. Y esto traer consigo una experiencia que enriquece. Eso que llaman “experiencia-cliente”. ¡Qué dupla!

Llegar a cualquier escenario de la producción del vino trae consigo una vivencia o, mejor dicho, una convivencia. Pero también hay tradición de un pueblo, historia de crecimiento, cultura, arte y quizás el mejor contraste de todos: un paisaje.

El vino es el protagonista, así que imagina cómo estimula el producto de la vendimia en su casa, en su entorno. El olor es más autentico y el sabor, las texturas, se muestra más virgen, sin envasados y largos recorridos de distribución.

Entonces, bajo esta mirada, se creó una plataforma que con el pasar de los años constituye una forma distinta de vivir la cultura del vino. Lo que antes era una experiencia reducida a familiares, amigos y empresarios, ahora es una invitación abierta con copas incluidas para todas las personas.

Para entender un poco el éxito de este modo de vivir el gusto por el tinto, por el rosé o por el tradicional blanco, hay que adentrarse al mundo financiero. Los empresarios pasaron de vender un producto a vender un nombre y una experiencia. Y todo se capitalizó.

¿Cómo funciona el negocio del vino?

Hay quienes trabajan el campo, la destilería, el envasado y la distribución. Podría decirse que esos serían los actores básicos de una empresa. Pero ahora, el marketing suma a otros protagonistas.

Con las casas de vinos abiertas gracias al enoturismo, hay visitas guiadas, souvenirs y servicios VIP que hicieron aumentar el espectro de atención al cliente y además, genera más ingresos y muchos más empleos.

En el caso chileno, la industria del vino aporta el 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB). Además, 100.000 personas están asociadas a actividades del área. 53% están en el campo y cerca de un 19% en transporte, logística y marketing.

800 bodegas en Chile están activas, 11.697 productores trabajan la uva y 394 exportan las botellas de calidad chilena. Y son cifras que van en aumento. Los expertos en inversiones aseguran que es un negocio rentable que pareciera estable.

Pero muchos se preguntarán, ¿es el vino un buen producto para vender de forma tan asombrosa, a pesar de que el licor es nocivo para la salud? Tenemos una respuesta.

¿Sabías que….? ¡El vino es un alimento!

En una era en el que el mundo rechaza muchas presentaciones de productos por el daño que hacen al humano, no es ilógico preguntarse: ¿Qué pasa con el vino?

Lo primero que hay que comprender es que hasta el mejor alimento consumido de forma errónea o en exceso es dañino. Y el vino no escapa de esa condición, por lo que su uso moderado tiene más beneficios que contraindicaciones.

Tanto el vino como el aceite de oliva son parte de lo que se conoce como la “dieta mediterránea” y cuya esencia “colonizó” el mundo. No es de extrañar ver en Chile una tradición vinícola, debido a las condiciones climáticas idóneas para el cultivo de las uvas.

A pesar de que la manipulación del fruto es compleja, el vino es un producto totalmente natural. Se da de la fermentación completa o parcial de la uva y ese proceso no requiere químicos ni fuego, a diferencia de otros licores.

Con la liberación de sales y minerales en el procesamiento de la fruta, todos los componentes del jugo de uva se potencian, tal como ocurre con la sal y los sabores en la comida. Es así como entonces el vino es rico en: cloruros, fosfatos, lactatos, sulfatos, malatos, yodo, silicio, potasio, magnesio, calcio, sodio, zinc, entre otros elementos.

También asimilarás con tu copa de Malbec toda la familia de la vitamina B y además estilbenos, que tiene un poder antioxidante. Pero para ser más puntuales, te comentamos el estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1990 en conjunto con Estados Unidos y Europa, que arrojó un descubrimiento importante.

La paradoja francesa, como se llamó la investigación, determinó que el consumo de vino en este país hacía disminuir las cifras de enfermedades cardiovasculares, a pesar de su dieta alta en grasas saturadas.

Todo esto se debe al resveratrol, una sustancia química altamente antioxidante que previene infartos, cáncer, Alzheimer, diabetes, colesterol malo, cólicos y hasta acné.

Entonces no es de extrañar que la cultura del vino aumente cada vez más y que muchas personas se sumen a descubrir todo el proceso de la elaboración de este producto que pareciera gustar a todos: vegetarianos, veganos y los que mantienen una dieta a base de carnes.

Ya que conoces los conceptos básicos y el por qué el vino está tan de moda, nosotros queremos que te sumes al enoturismo en Chile, que tiene cada vez más potencial entre los visitantes nacionales y extranjeros.

Si no has vivido esta experiencia, seguramente acá encontrarás algunas razones para tomar tus maletas e iniciar un viaje con buen sabor. ¿Estás preparado para esta aventura?

Enoturismo en Chile

Ya que llegaste a este punto, te invitamos a conocer la historia de crecimiento del enoturismo en Chile, sus rutas y, en general, cómo se disfruta desde dentro de una viña.

Historia del enoturismo en chile

El enoturismo en Chile se ha incrementado en los últimos 10 años, aunque tuvo una baja durante la pandemia por el COVID-19. Sin embargo, la estructura continúa vigente y con todo preparado para seguir el desarrollo de esta forma de vivir el vino.

Se calcula en que Chile hay cerca de 145 viñas que abren sus puertas a turistas nacionales y extranjeros. Las estadísticas muestran que el mayor número de visitantes es de Europa y Brasil, sin embargo, llegan personas de todas partes del mundo a disfrutar de la experiencia.

Como ya te explicábamos, el enoturismo busca unificar cuerpo y alma en el deguste de un recién producido vino. Los sentidos se avivan cuando se visita una de las viñas chilenas, pues los paisajes que se pueden ver son dignos de una obra de arte.

Hay que recordar que Chile es el quinto productor de vino del mundo y el primero del hemisferio sur, según la Organización de las Nacionales Unidas y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés).

Aunque es difícil conseguir un número exacto de visitantes, se calcula que antes de la pandemia la cifra rondaba los 700 mil turistas. Una cifra alentadora para aquellas viñas que se sumaron a la fascinación de las personas por la cultura enológica.

Y te preguntarás, ¿Qué puedo hacer en una viña? ¿Hasta dónde tengo acceso dentro de la cadena de producción? Creo que te podemos responder muy fácilmente.

Pero antes de llegar a esos puntos, es importante conocer un poco de historia del enoturismo en Chile. Comenzó a instaurarse en 1990, cuando las bodegas comenzaban a estabilizarse y diversificar los ingresos.

El camino de inicio fue difícil. El éxito no llegó al primer intento, a pesar de que hubo inversión pública y privada y una invitación masiva para descubrir los secretos de las viñas más importantes del país.

Hubo un momento bisagra para que el enoturismo emergiera. Cuando se entendió que el trato debía ser distinto entre el cliente que compra vinos con regularidad y el turista. Diferenciar al apasionado del comercial fue fundamental para poner los esfuerzos en satisfacer al amante de un copa de tinto.

De esa forma pudieron vincularse el turismo y el productor de vino. Es así como los esfuerzos, en primera instancia, se realizaron en el Valle de Colchagua. Tuvieron que pasar seis años para activar la cultura del vine y 10 años después, en 2006, la catalogaron como la mejor región vinícola en el mundo de ese año.

Ese logro fue determinante para que el Gobierno pusiera sus esfuerzos en apoyar el enoturismo en Chile. Para ese entonces 96 viñas abrieron sus puertas a visitantes y comenzó a realizarse todo el marketing internacional para vender al país como una opción para los amantes de la cultura enológica.

Ahora que sabes cómo inició esta aventura en el medio de los viñedos, te invitamos a que conozcas todas las actividades que puedes realizar dentro de una viña. ¡Preparemos las copas!

Las rutas del enoturismo en Chile

Desde la IV hasta la VIII Región, desde el norte hasta el sur, existen casas productoras que practican esta actividad turística, y cada vez se suman más a esta exitosa modalidad.

En las cercanías del Desierto de Atacama, más hacia el norte, podría decirse que comienza esta ruta del vino en el país. Los viñedos más destacados de esta zona están en los valles de Elquí y Limarí.

Las zonas de enoturismo en Chile siguen por Aconcagua, Casablanca, San Antonio, Maipo, Cachapoal, Conchagua, Curicó, Maule, hasta llegar a Itata, al sur del país.

Si quieres conocer un poco más sobre las viñas que abren sus puertas a turistas, te presentamos una lista de localidades donde las hallarás.

  • Valles de Elqui y Limarí: Si quieres probar un vino orgánico y unas copas de Chardonnay y Sauvignon Blanc, este es la zona a la que debes ir.
  • Valle del Aconcagua: Está en el oriente de Valparaíso y es una zona que viene en crecimiento. Cada vez más casas productoras de la zona se suman al enoturismo.
  • Valle de Casablanca: También queda en Valparaíso y es una zona reconocida por la producción de un excelente vino blanco.
  • Valle San Antonio-Leyda: La ruta del vino en Chile cuenta con esta nueva estación, donde los empresarios realizan inversiones para acondicionar sus casonas y bodegas.
  • Valle del Maipo: Es la zona vinícola más visita, por estar a unos minutos de Santiago de Chile. En el lugar se producen varias cepas de uva.
  • Valle de Cachapoal: También está a pocos kilómetros de la capital de Chile y es el lugar perfecto para realizar una cata de Carmenére.
  • Valle de Colchagua: Reconocido internacionalmente por sus vinos tintos y blancos. Cerca de 8 viñas componen este circuito de enoturismo.
  • Valle de Curicó: Es la región viñatera más gran del país. En esta zona podrás disfrutar, además, de balnearios, caletas y y escenarios naturales.
  • Valle del Maule: Tiene el mayor número de viñedos activos de la región. Es un lugar donde la historia estará muy presente.
  • Valle del Itata: Es el extremo sur de la ruta, y tiene para ofrecer una rica gama de atractivos artesanales. Muchas familias del lugar te explicarán el porqué.

En el caso chileno, 144 viñas dejan ingresar a sus viñedos, un número similar admiten la presencia de turistas en las bodegas y unas 138 organizan tours generales, catas y tienen salas de ventas,

Y si eres de lo que te gustan los picnics, 18 de las empresas vinícolas te darán la posibilidad de estirar una manta y recibirás una muestra de un oloroso vino que seguramente compartirás con personas especiales. ¡Y el paisaje completará una velada increíble!

Los que quieren una experiencia más completa, 24 de la viñas que integran la ruta del vino en Chile tienen la opción de arrendar una habitación y contarás con todos los servicios para que vivas la degustación de tu copa en otro nivel.

¿Podrías imaginarte una boda entre uvas? Es posible en Chile. 13 viñas tienen a la disposición el servicio de banquetería, entre otros, que facilitarían un matrimonio de ensueños.

Si quieres conocer más sobre el enoturismo en Chile, puedes ingresar a la página web que reúne a las viñas dedicadas a esta actividad.

Allí encontrarás todo lo referente a los servicios que ofrecen, además conocerás de las asociaciones que hacen posible que se desarrollen las visitas de turistas en estas casas productoras de vino.

¿Cómo se disfruta y aprende desde adentro de la viña?

“Es una experiencia que me gustaría repetir en cualquier lugar de Chile”. Si le preguntamos a un turista que ya visitó alguna viña del país, esto es lo primero que responden, además de contar cómo disfrutó de esta manera de vivir la cultura del vino.

En una linda tarde de otoño es fácil encontrar hojas caídas en los viñedos y estar ahí servirá como escenario perfecto para una buena fotografía. Ropa ligera y lentes de sol no deben faltar durante esta estación.

Los empleados de las viñas explican a los turistas sobre los tipos de uvas que se sembraron en el lugar. En la mayoría de las grandes haciendas cultivadoras de Chile hay Chardonnay, Riesling, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Pinot Noir y Carménère.

Saber qué característica tiene cada uva, el tipo de tierra que hay en el lugar y el clima que favorece al fruto son cosas que terminarás por conocer en la práctica del enoturismo en Chile.

Dicen que el secreto de las viñas está en los almacenes. Allí guardan la materia prima tras la cosecha. Adentro, el olor es indescriptible. Solo el sabor del vino podría explicar la sensación de estar allí.

Dentro están las uvas y todos los elementos que se pueden sentir a la hora de hacer cualquier cata de vino. Untuosidad, astringencia, salinidad, acidez, amargor, dulzor, entre otros sabores que se potencian con el gusto de un copa de este licor.

Algunas empresas se atreven a relevar sus secretos de fermentación y otros juegan con la incógnita en medio del recorrido por las viñas.

Al llegar a las bodegas la situación mejora, pues es el momento de la cata. Allí podrás degustar algunas especialidades de la casa, acompañadas, claro está, de la explicación de producción de cada presentación de vinos.

No solo eso. También podrás conocer cómo combinarlos con platos dulces y salados. Algunos incluyen en su oferta algunos bocadillos para que la experiencia sea mucho mejor. ¡Saldrás hecho un experto!

¿Te gustaría saber dónde guardan el tesoro los productores vinícolas? En las bodegas de reserva. Son quizás el plato fuerte de las visitas a las viñas. Aquí están las botellas más caras y algunas guardan historias interesantes que valen la pena conocer.

¿Sabías que los barriles donde almacenan el vino se pueden usar solo por cinco años? Pues sí, luego son vendidos para otros fines, muchas veces terminan por ser parte de decorados.

Cosas como estas podrás conocer al practicar el enoturismo. Y si ya estás decido y quieres saber a dónde ir, te presentamos las opciones que tienes en Chile. ¡Toma nota!

Organizar el viaje en función del vino

Si aún tienes preguntas sobre tu visita a las viñas, despreocúpate. Cada vez es más fácil conseguir que incluyan en tu itinerario de viaje una visita a algunos viñedos, cavas y bodegas.

Y no, no tienes que poner una copa en tu equipaje para poder disfrutar de un tour por estos lugares. Ya existe una plataforma que ha pensado en todos los detalles para que la visita sea placentera.

Lo que depende de ti es escoger una buena época para viajar y para practicar el enoturismo en Chile. El otoño es la estación preferida por los amantes del vino. De marzo a junio es tiempo de vendimia y los paisajes son difíciles de describir.

Es la temporada de mayor trabajo para los viñedos y bodegas, pues los árboles comienzan a deshojarse. Hay hojas ocre, de color naranja y amarillas como una alfombra y que anuncian cosecha y la llegada del invierno.

Durante marzo y junio se prensa y se trasiega la uva. Son actividades delicadas y donde muchas personas ponen todo el esfuerzo para que el extracto del fruto sea el mejor para su fermentación. Las historias abundarán durante la faena y habrá quien quiera compartirla con un turista.

Pero una copa de vino es buena en cualquier época del año. Si vas en invierno, por ejemplo, podrás apreciar la poda para preparar los frutales para la llegada del florecimiento en primavera.

Hay algunas viñas que están preparadas para realizar todas sus actividades en espacios protegidos del frío o del intenso calor que se presenta en verano. Por esta razón, las puertas de las viñas están abiertas todos los meses del año.

Recuerda que esta práctica de catar vinos en el lugar de su creación aviva los sentidos. Todo esto enmarcado en unos paisajes increíbles. De eso se trata el turismo del vino, de poder interactuar en cuerpo y alma.

Te invitamos a que vivas la experiencia solo o acompañado. De cualquier forma podrás entrar en la cultura vinícola sin problemas. Prepara tu paladar para que tu copa sea llenada en varias ocasiones directamente de la bodega de una viña. ¡Salud por eso!

En Chile se proyecta para 2026 un auge del enoturismo a través de las épocas de vendimia. Así que no sería descabellado realizar una reserva para unirte a esta pasión por una copa de jugo fermentado de uvas. ¿Estás listo?

Y si quieres organizar un viaje multidestino, donde puedas incluir el enoturismo en Chile, te invitamos a que leas este artículo con consejos importantes para cumplir con tu aventura.