Dos personas saliendo de la Cueva del Milodón frente a árboles y montañas.
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Visita la histórica cueva del Milodón y revive el pasado prehistórico

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Si alguna vez has soñado con viajar en el tiempo, la Cueva del Milodón es ese lugar que te transporta directo al pasado. Ubicada en la región de Magallanes, a solo 24 kilómetros de Puerto Natales, esta cueva es uno de los tesoros más impactantes del sur de Chile.

Fue aquí donde se descubrió el esqueleto del milodón, un animal prehistórico que caminó por la Patagonia hace miles de años. Y lo mejor: está enmarcada por un entorno natural alucinante.

Ya sea que viajes por historia, naturaleza o simple curiosidad, este lugar te sorprenderá.

La Cueva del Milodón: un hallazgo histórico

Todo comenzó en 1896, cuando un explorador alemán, Hermann Eberhard, encontró algo que cambiaría la historia de la ciencia en Chile: restos de piel, huesos y parte del esqueleto de un animal desconocido hasta ese momento.

Se trataba del milodón, un gigantesco mamífero herbívoro que podía medir hasta 4 metros y pesar más de una tonelada. Vivía en la región durante la era del hielo y desapareció hace aproximadamente 10.000 años.

Este descubrimiento no solo despertó el interés de los científicos, sino que posicionó a la Patagonia chilena como un foco de investigaciones paleontológicas. Hoy en día, la cueva es un Monumento Natural y uno de los principales atractivos turísticos de la zona.

Qué ver dentro de la Cueva del Milodón

La primera impresión es impactante: un enorme acceso de piedra te da la bienvenida como si cruzaras el umbral hacia otra era. La cueva principal mide más de 200 metros de profundidad, con techos de hasta 30 metros de altura. Sí, es gigantesca.

Apenas das unos pasos, te envuelve una atmósfera de misterio. Ese silencio profundo, casi sagrado, te recuerda que estás pisando un sitio que fue testigo de miles de años de historia natural.

Adentro, el recorrido es accesible y muy bien señalizado. Hay senderos de fácil tránsito, ideales para ir con calma y disfrutar el entorno sin prisas. Paneles informativos distribuidos en puntos clave te van guiando en esta aventura, contándote cómo se descubrió el lugar, qué restos se hallaron y por qué fue tan importante para la ciencia.

Uno de los momentos más esperados del recorrido es encontrarte cara a cara con la figura del milodón en tamaño real. Es imposible no detenerse a observarlo y tomarse una foto. ¿Cómo habría sido cruzarse con un animal así? Ese tipo de preguntas surgen de forma natural mientras exploras.

Además, si te interesa hacer un poco de ejercicio suave, hay rutas que salen desde la cueva hacia miradores naturales. Estas caminatas cortas ofrecen vistas únicas del entorno patagónico, con su vegetación nativa, formaciones rocosas y ese cielo inmenso que parece no tener fin. Son ideales para quienes quieren disfrutar del paisaje sin grandes exigencias físicas.

Recorriendo el Parque Natural Cueva del Milodón

Visitar la cueva es solo el comienzo. El entorno que la rodea es un verdadero regalo para quienes aman la naturaleza y el aire libre. Este monumento natural está compuesto por tres grutas principales y una red de senderos rodeados de vegetación nativa, ideales para explorar sin apuro, con los sentidos bien despiertos.

Aquí no solo se camina: se conecta. Los caminos serpentean entre montes bajos, formaciones rocosas esculpidas por el viento y panoramas que parecen sacados de una postal del fin del mundo. En el aire flota ese olor a tierra húmeda y a hojas secas que solo se siente en el sur.

¿Te gusta observar aves? Este lugar es un paraíso para eso. A cada paso, puedes cruzarte con especies nativas que vuelan en total libertad. Y si te animas a salir del circuito principal, también puedes descubrir cuevas más pequeñas, menos transitadas, pero igual de fascinantes.

Lo mejor de todo es que no hay una única forma de recorrer el parque. Puedes hacerlo a tu ritmo, sin un plan fijo. Solo caminar, dejarte llevar, y que la naturaleza te sorprenda con sus formas, sus sonidos y ese cielo que cambia de color a cada hora del día.

Es el tipo de lugar que invita a desconectarte del ruido y reconectar contigo. Donde el tiempo no corre, solo fluye. Ideal para respirar profundo, contemplar, y volver con la memoria llena de imágenes inolvidables.

Cómo llegar a la Cueva del Milodón desde Puerto Natales

Llegar a la Cueva del Milodón es muy fácil, y eso es parte de su encanto. Desde Puerto Natales, solo te separan unos 25 kilómetros de este lugar tan especial. ¿Lo mejor? El camino está completamente pavimentado y el paisaje durante el trayecto es tan bonito, que sentirás que el viaje comienza mucho antes de llegar.

Si te gusta moverte con libertad, puedes arrendar un auto y manejar a tu ritmo. También hay tours guiados que salen desde el centro de la ciudad, perfectos si prefieres no preocuparte por la ruta. Incluso hay quienes eligen pedalear hasta allá en bicicleta, disfrutando cada curva y cada vista como parte de la aventura.

Ahora bien, si vienes desde otras regiones de Chile o desde el extranjero, lo más conveniente es volar hasta Punta Arenas.

En SKY te brindamos vuelos regulares desde Santiago que te llevan directo al sur del país, incluyendo salidas diarias a Puerto Natales con una duración de 4 horas y media.

Y si el trayecto es largo, vale la pena prepararte para descansar bien en el camino. Te compartimos esta guía útil para dormir bien durante un viaje. Así llegas con todas las energías para vivir la experiencia al máximo.

Vive la historia prehistórica de la mano de SKY

La Cueva del Milodón es mucho más que una parada turística. Es un lugar donde la historia, la naturaleza y la aventura se mezclan para ofrecerte una experiencia que recordarás para siempre.

Aprovecha la comodidad de nuestros vuelos para llegar a la región de Magallanes y otros de los destinos favoritos de los turistas dentro de Chile sin complicaciones.

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¡La historia está viva en la Patagonia, y se encuentra a solo un vuelo de distancia!