Turismo en Chiloe: ¿Qué hacer en la isla mágica?
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Turismo en Chiloe: ¿Qué hacer en la isla mágica?

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Si planeas un viaje a Chile, sin importar en qué temporada vayas, solo hay una cosa de la que no te puedes perder: Hacer turismo en Chiloé.

Chiloé es un archipiélago conformado por más de 30 islas pequeñas. Sin embargo, su atractivo principal está en Isla Grande: Una tierra tan bella como mágica, que se ha dado a conocer por sus tradiciones, paisajes, gentilicio, gastronomía, y un sinfín de razones, por las que hacer turismo en Chiloé, es una de las mejores decisiones.

De hecho, son tantas las actividades por hacer en esta isla, que puede que un solo viaje no sea suficiente. Por eso, aquí queremos mostrarte lo más interesante y llamativo de la zona, que, en definitiva, no debes pasar por alto.

1. Haz un recorrido por Castro

Castro es la ciudad capital de la provincia de Chiloé (todo el conjunto de islas) y la más poblada de la zona. Ubicada en el centro de Isla Grande, es el sitio ideal para conocer lo más que puedas sobre la ciudad y sus alrededores.

El destino favorito de los turistas en Castro es la iglesia San Francisco. Se distingue de las otras 400 iglesias distribuidas en todo el archipiélago, porque además de contar con una estructura gótica, irradia colores muy pintorescos. Básicamente, es una forma de ver las influencias del catolicismo, junto con las tradiciones de los nativos.

Otro sitio que debes aprovechar de ver en Castro, son los palafitos: unas curiosas casas muy llamativas, dispuestas con estacas de madera sobre el agua. Para observarlas mejor puedes ir a los miradores, que por cierto, hay uno llamado Mirador Millantuy, desde el que puedes admirar toda la ciudad.

Además, para disfrutar más de cerca sus aguas y senderos, puedes hacer una caminata por la costanera, donde pasarás un rato agradable viendo palafitos, barcos, botes, esculturas, entre otros.

Lo aquí mencionado es una pequeña parte, ¡la ciudad tiene mucho más para ofrecer! Sin dejar de lado, su grandiosa gastronomía chilena, esta vez, basada en infinitas presentaciones de mariscos.

2. Conoce el Parque Nacional de Chiloé

El parque nacional de Chiloé también está ubicado en Isla Grande. Se trata de un espacio verde más de 40,000 hectáreas de extensión, donde puedes ver el lago Cucao, las dunas, el bosque, la desembocadura de un río llamado Abtao, e incluso una isla con lobos marinos.

En el parque, además de disfrutar de un clima frío, aunque algo lluvioso, puedes hacer trekking, pasear a caballo y practicar kayak en el lago. Para hacerlo menos complicado, puedes optar por un tour por el parque, en el que te guiarán por el lugar y te llevarán a practicar todas o la mayoría de actividades mencionadas.

Y si quieres una conexión aún más íntima con la naturaleza, puedes merendar en las áreas correspondientes, e incluso acampar en grupo, o con la comunidad indígena de Chanquín. También es posible disfrutar de varios miradores y refugios.

3. Avista pingüinos en los Islotes de Puñihuil

¡Sí, pingüinos! Los Islotes de Puñihuil son tres islotes pequeños a los que se llega a través de diferentes embarcaciones. Dependiendo de a cuál islote en específico te dirijas, la distancia puede ir desde 100 m a 700 m de la costa.

El lugar fue declarado monumento natural en 1999, debido a que es el hogar de 2 especies de pingüinos: Magallanes y Humboldt. Para verlos, debes contratar un servicio de excursión. La mejor temporada para hacerlo es desde principios de octubre hasta mediados de marzo.

Además, los pingüinos no son los únicos animales que habitan en la zona, también verás nutrias de mar, aves marinas y diferentes tipos de fauna más pequeña. Y aunque no se puede desembarcar para hacer contacto con ellos, nada más admirarlos será una experiencia inolvidable.

4. Haz la ruta de las iglesias

Aunque la iglesia San Francisco sea la más reconocida, existen otras 15 iglesias en la isla que fueron declaradas como patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Todas se encuentran en un rango de 10 km, por lo que, conocerlas en un solo día, no es una idea absurda.

Son reconocidas por su particular construcción a base de madera, que, debido a las técnicas de ensamble, no requirieron clavos en la mayor parte de sus estructuras. De hecho, su elaboración ha sido lo suficientemente buena como para mantenerse en el tiempo, con más de 400 años hasta la fecha.

Todas fueron construidas bajo los estándares de los misioneros europeos que pretendían extender el evangelio en todas las islas. Sin embargo, la mano de obra, los materiales y varias técnicas utilizadas, provienen de los pueblos originarios. Así, al final de cada iglesia nueva, nacía una representación de la cultura europea y chilote.

5. Culturízate en el Museo Regional de Ancud

Parte de la magia de conocer un nuevo lugar, es aprender sobre sus raíces y su cultura. Para ello, fue creado en 1975 el Museo Regional de Ancud. En él, encontrarás muestras de la historia de la zona, así como de su artesanía, e incluso de las mitologías que los acompañaban antes de las misiones de evangelización.

El museo cuenta con casi 4500 colecciones, entre las que puedes encontrar un poco de todo, y no solo de Chiloé, sino incluso del Magallanes y la Patagonia.

La entrada al lugar es gratuita y funciona los miércoles y viernes, días en los que puedes optar por una visita guiada si quieres aprovechar tu visita al museo.

Turismo en Chiloé: Una actividad que vale la pena

Chile es uno de los países más desarrollados de Latinoamérica, por lo que, encontrar grandes edificaciones y sitios urbanísticos no es nada complicado. Y aunque también sean importantes, no está de más aventurarse algo diferente.

Hacer turismo en Chiloé, no solo regala una magnífica experiencia sobre esta provincia, sino que, además, sirve para conectar con esa parte de nosotros mismos que, entre tantos avances, hemos empezado a olvidar.

Y si después de todo, no tienes más dudas qué hacer en esta encantadora isla, empieza tu planificación conociendo nuestros precios, itinerarios y destinos.